Toda la provincia cuenta con un patrimonio arqueológico muy interesante, destacan los Castros Vettones.
Te proponemos esta escapada, visitando los cuatro emplazamientos que quizá sean mas representativos de la riqueza arqueológica abulense.
Para completar esta experiencia, te animamos a disfrutar de la gastronomía abulense en la capital o cualquiera de los municipios de la zona, durante tu visita.
Antes de comenzar nuestro viaje, una visita al Centro de Interpretación de los Castros Vettones: Vettonia, Cultura y Naturaleza puede ayudarnos a entender la naturaleza de los espacios que visitaremos. Se ubica en Ávila, en la Plaza del Corral de las Campanas, sede de la Diputación de Ávila.
Una vez preparados, nos dirigimos a nuestro primer destino.

 

Castro de La Mesa de Miranda

 

El Castro de la Mesa de Miranda y su Necrópolis de La Osera son el ejemplo perfecto de los castros vettones pre-romanos, habitados entre los siglos V y I a.C. Ubicado en la confluencia de dos cursos de agua, entre los coletazos de la Sierra de Gredos y las tierras llanas del valle del Duero, sus privilegiadas vistas y paisajes son un gran atractivo. Los tres recintos amurallados de los que se compone ocupan una superficie más de veinte hectáreas. Las defensas visibles se complementan con campos de piedras hincadas, torres y un foso. Está adaptado para la visita pública y gratuita, con información a base de paneles en cada uno de los puntos de interés.
Importante también es la necrópolis, inmediata al castro, en la que se han exhumado más de 2.200 tumbas, todas pertenecientes a la II Edad del Hierro, especialmente a los siglos IV y III a.C.
Al castro se accede desde Chamartín, a 22 Km de Ávila por la carretera AV-110, por un camino apto para vehículos tipo turismo. El acceso peatonal, de unos 45 minutos, es recomendable si se quiere disfrutar de una jornada campestre muy agradable entre encinas y granito.
En el mismo pueblo se ha creado un Aula Arqueológica, donde se explican de forma didáctica los principales aspectos vettones.

 

Castro de Las Cogotas

 

Situado cerca de Cardeñosa, a unos 10km al norte de Ávila, es posible acceder al castro tanto desde la AV-824 como la N-403, desde pistas habilitadas para turismos que nos dejaran a los pies de las ruinas.
El Castro de las Cogotas fue un asentamiento celta que tuvo su máximo esplendor entre los siglos V y III a.C.
Le componen dos recintos amurallados y una Necrópolis excavados a principios del siglo XX. Uno de los recintos, el principal, presenta murallas bien construidas, adaptadas a la topografía del lugar y recuperadas en todo su flanco noroeste. Es espectacular el campo de piedras hincadas que completa las defensas amuralladas en toda la zona oeste.

 

Castro de Ulaca

 

Enclavado en lo alto de un gran cerro amesetado al que se asciende únicamente a pie, Ulaca constituye todo un prototipo de oppidum vettón, punto elevado sobre el entorno, de difícil acceso y rodeado de murallas.
Se encuentra cerca de Solosancho, a unos 20 Km de Ávila dirección sudoeste tomando la N-502.
Además de las murallas recuperadas, sobre todo en la zona oeste, el castro de Ulaca conserva restos de gran importancia y espectacularidad, como son el llamado Altar de los sacrificios, un original monumento tallado en la roca al que se le suponen funciones relacionadas con rituales de sacrificio.
Importantes son también la Sauna ritual, relacionada con probables ritos iniciáticos de los guerreros vettones, las ruinas de una construcción monumental denominada El Torreón y dos casas excavadas y restauradas. Por la posición en el paisaje, dominando el Valle Amblés y al pie de la Sierra del Zapatero, las vistas desde el castro son espectaculares. La visita es libre y gratuita.
Cada año, sobre el 18 de Agosto, se celebra el festival Luna Celta en Solosancho. Entre su programa de actividades destaca una subida nocturna al castro, donde se realiza una representación teatral muy interesante.

 

Castro de El Freillo

 

El castro vetón de El Raso es de los yacimientos arqueológicos más completos de la protohistoria de la meseta castellana y data de los siglos V al I a.C. Raso proviene de la palabra latina Rasus, que significa ‘llanos o claros de bosque’ y por esa razón el castro de El Raso se aparece abierto, desprovisto de bosque y protegido de los vientos del norte al estar situado junto al pico Almanzor lo que le proporciona a lo largo del año una agradable temperatura.Candelada estuvo poblada por los vetones durante la Segunda Edad del Hierro y así lo atestiguan los vestigios encontrados en las excavaciones del castro vetón de El Raso que, con una superficie de 20ha, dio cobijo en, aproximadamente 300 casas, a alrededor de 2.500 vetones.


Este era un pueblo de origen celta que penetró en la península alrededor de los siglos VIII-VII a.C y que ocupó parte de la meseta castellana, Extremadura y Portugal y, más concretamente, en el caso que nos ocupa, las sierras de Gredos, Gata y Peña de Francia.

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